[AD] Turno 6 [Grupo] [Montañas, Mañana]
Montañas de la Boca del Desierto, 12 de Tarsakh (abril), 1372 CV Año de la Magia Salvaje. Por la Mañana. [Shadril]
Durante un instante que pareció una eternidad la cueva se quedó totalmente en silencio. La quietud tan solo era interrumpida por el leve crepitar de las llamas de la pequeña hoguera y la tensión acumulada del momento.
La elfa sonrió pícaramente. En el fondo disfrutaba de las situaciones complicadas. Había sido demasiado confiada al pensar que unas criaturas tan salvajes, fueran lo suficientemente espabiladas como para molestarse en utilizar un poco de la lengua comercial, la que la mayoría de los pueblos de la superficie usaban para relacionarse.
Cultivada desde la antigüedad por los bardos de Faerûn, aquella maravilla de la lingüística aglutinaba las mejores características del resto; era fácil de aprender, adaptable y poseía unas buenas cualidades líricas, pero además tendía a evolucionar rápidamente absorbiendo términos de las culturas con las que entraba en contacto. Aunque en cierta manera era despreciada por los círculos académicos más tradicionales; los artistas, comerciantes y mercenarios de Faêrun la habían extendido por la mayoría de los Reinos, sin importar las diferencias culturales.
Pero claro, su uso hubiera incrementado sus posibilidades de supervivencia en la superficie, y aquellos seres parecían estar reñidos con el sentido común.
-Vale, si tiene que ser así… - dijo con una sonrisa.
Shadril se acercó contoneándose hacia el fuego, se agachó para posar la empanada, y mientras inclinaba la cabeza y trataba de abrir la botella, pareció susurrar unas palabras. - Kirjurin loitsu neljäs laakea: Kielenkäyttö. –
Aramir creyó ver como si un pequeño resplandor plateado meciera los cabellos de la elfa, y en el fondo no se sorprendió cuando esta empezó a hablar en el idioma de los goblins.
-"Bueno, sería una pena echar a perder un licor tan bueno por un comportamiento tan hostil. Y ya que lo mencionas, estamos buscando a unos drow." – Un pequeño brillo se reflejó en sus ojos mientras se incorporaba descorchando la botella. Estaba segura de que su actitud desconcertaba a los goblins, pero de que al mismo tiempo, se habrían dado cuenta de la terrible espada que llevaba a la espalda.
El guerrero comprendió lo que había hecho Shadril. Había invocado algún poder sobrenatural para poder comunicarse con las desagradables criaturas. Algunos agentes de los poderes celestiales podían hacerlo, pero parecía ser una técnica avanzada para ellos por alguna misteriosa razón. Quizás las divinidades no estuvieran demasiado de acuerdo con dejar a primerizos parlamentando por ahí.
[]
Amorth era incapaz de entender la lengua de los goblins, y las palabras de Shadril lo único que conseguían eran hacerle perder el interés en lo que ocurría más adelante. De todas formas, si pasase algo, seguramente Shadril podría ocuparse de ellos y, además, tenía al guerrero humano para apoyarla. Para cuando él consiguiese entrar en la cámara, todo habría acabado.
- ¿Licor? ¿Ahora nos vienen con licor? Estamos artos de vuestros jueguecitos. Ahora vamos a jugar a uno de los nuestros. -
Aunque Shadril comprendía las palabras gracias al don que le había sido concedido por la diosa, el significado oculto tras ellas se le escapaba. ¿De que estaba hablando el pequeño ser?
Se disponía a preguntárselo con toda la amabilidad de la que era capaz (que era mucha) cuando algo la distrajo. Un ruido y un movimiento brusco. Una sombra apenas captada por el rabillo del ojo hizo que la sacerdotisa se volviese.
Al perder interés en lo que ocurría delante, Amorth quiso prestar más atención a lo que pudiera ocurrir detrás. Quizás por instinto o sólo por casualidad, el montaraz elfo se giró en el preciso instante en que un traicionero goblin le lanzaba una bien dirigida estocada directamente contra su riñón derecho. El movimiento del explorador hizo fallar a la artera criatura, que le causó un corte en el costado. La excelente armadura del elfo se llevó la mayor parte del impacto y un corte que podría haber sido mortal, fue solo un rasguño, un corte superficial. Sin embargo, su situación no era buena. No podía retroceder pues tenía a Aramir espalda con espalda, ni avanzar, pues tres goblins armados que se habían propuesto cenar estofado de elfo le cerraban el paso. Y los lados estaban bloqueados por el estrecho pasillo en el que se encontraban todos ellos. Una estrechez que le impedí utilizar con eficacia su pareja de espadas bastardas. En campo abierto, los goblins ya estarían muertos, pero aquí disponían ventaja tanto por su tamaño, como por sus armas (el primero espada corta, los otros dos tras él lanzas) ya que Amroth casi no puede ni desenvainar sus espadas.
Shadril pudo ver como Amroth se debatía con otros tres goblins que se les habían acercado furtivamente por la espalda. No sólo tenían actitud hostil, sino que de hecho ya habían atacado al explorador.
Rápidamente se dio la vuelta para encararse con los otros goblins y tratar de que detuviesen el ataque. Se volvió justo para ver como la jabalina de uno de los goblins se dirigía directamente hacia ella. Quizás lo viese mal, pues lo siguiente que percibió fue la misma jabalina impactando contra el escudo de Aramir, tras ella. ¿Lo había visto mal? ¿Era el humano el auténtico objetivo del goblin? ¿O quizás la magia protectora de los aventureros había hecho su trabajo?
No había tiempo para pensar en ello. Estaba claro que los goblins querían sangre. En circunstancias normales no serían un enemigo temible, pero les doblaban en número, los tenían rodeados y luchaban en un espacio reducido. Los goblins eran conscientes de sus ventajas y eso los había envalentonado.
0 comentarios