Blogia
Afanas

[AD] Turno 11 [Grupo] [Montañas, Noche]

Montañas de la Boca del Desierto, 12 de Tarsakh (abril), 1372 CV Año de la Magia Salvaje. Por la Noche.
[Aramir]
Era casi de noche cuando Aramir y sus compañeros llegaron a la torre. Aramir, a pesar de la incipiente oscuridad, pudo atisbar sin dificultad el siempre efectivo y sólido trabajo de la manufactura enana.Se fijó en los restos de acampada que parecían muy recientes y en las posibles pistas que de su inspección el grupo podría extraer.
 
“A ver si de aquí podemos sacar alguna conclusión más clara de los echos”
 
No bien había pensado esto último, observó tres fuentes de luz en la distancia. Parecían campamentos, uno, al noroeste, considerablemente más grande que el otro, al noreste. La tercera luz parecía ser una antorcha al este que se movía de sur a norte.
 
- Amigos míos, parece que el o los portadores de esa antorcha se dirigen hacia aquel campamento del noreste ,- dijo el bárbaro al percatarse de que sus compañeros ya se habían fijado en las luces.
 
- Como nos encontramos más cerca de ella, propongo que nos dirijamos hacia allí a ver si podemos sacar alguna conclusión de todo esto. Quizás Amroth debería adelantarse, ya que sus habilidades innatas de rastreo y sigilo podrían ser necesarias, todo caso que los portadores de la luz no fuesen amigos - (cosa por otro lado muy posible encontrándonos en la situación en la que nos hallamos, pensó para sí el aventurero).
 
En cualquier caso siempre podrían subir lo más alto posible al edificio y atisbar los campamentos para obtener detalles que alumbrasen alguna claridad sobre ellos.

[Shadril]
Shadril se encontraba al borde del risco, descansando de la caminata y disfrutando de la puesta de sol mientras el aire fresco de las montañas hacia ondear su cabello plateado. Observando con curiosidad las lejanas luces, la elfa expresó sus impresiones a sus compañeros.
 
- Si, creo que seria buena idea tratar de averiguar quién está en esos campamentos. Es posible que sean simples viajeros de paso o aventureros como nosotros, y que quizás reciban con buenos ojos algo más de compañía o información sobre la zona, algo que también a nosotros nos podría venir bien. -
 
La elfa meditó unos instantes, mientras jugueteaba con una pequeña trenza que tenia hecha a uno de los lados del peinado.
 
- Pensándolo un poco, también me resultaría extraño que cualquiera de esos grupos pudiera ser el de los elfos oscuros que andamos buscando, sería curioso que acamparan por la noche, momento en el que tendrían que estar más cómodos debido a su aversión a la luz, y que centraran su ciclo de actividad durante el día. Aunque es cierto que no estoy muy segura de que decisión podría al final tomar, alguien tan fuera de lugar aquí, como un habitante de la suboscuridad. -
 
La sacerdotisa se dirigió al interior de la torre, tratando de descubrir si había alguna pista sobre el último campamento que se había instalado. Quizás no fuese tan buena como su colega Teu-Tel’Quessir siguiendo los rastros, pero había sido preparada como
miembro de los elegidos entre las fuerzas itinerantes que servían a la Doncella Oscura, y como tal estaba bastante capacitada para la supervivencia en entornos agrestes; contaba con que sus habilidades les pudieran ayudar para descubrir algo sobre la identidad de los
últimos residentes.
 
Mientras registraba el entorno recordó, con preocupación, que Amroth llevaba bastante tiempo callado desde que salieran de la cueva. Quizás algo más lo tenía preocupado, pues no veía ninguna otra razón para que estuviera tan distante. Aun así, Shadril prefirió no forzar la situación ni insinuar que se adelantara o se quedara con ellos, pensó que quizás fuera mejor dejar algo de espacio al explorador para que retomara el contacto.

 
[]

A pesar de la oscuridad de la noche, la parte más alta de la torre podría permitir que la visión mejorada mágicamente de Aramir lograse discernir la naturaleza exacta de los fuegos que se podía ver desde su posición. Y quizás descubriesen algo más. Aunque lo ideal sería verlo a la luz del día, podrían no tener tanto tiempo y no se perdía nada por echar un vistazo ahora.
Así decidido, el veterano guerrero dejó la mayor parte de su equipo en el suelo, a la entrada de la torre, para que no le estorbase en su escalada. Mientras lo hacía, evaluó durante unos momentos la conveniencia de quitarse la armadura para trepar por el muro, pero terminó por desecharla. La escalada no parecía tan difícil de todas formas.
Así, no sin esfuerzo, el aventurero trepó lento pero seguro por la pared interior de la torre para llegar al último piso. La escalada sólo le llevó unos minutos, y cuando llegó a su destino, aguzó sus sentidos para contemplar las montañas desde donde estaba. Los altos picos limitaban su visión pero desde luego era una buena vista, aún de noche. No pudo distinguir más fuegos en la distancia y se concentró en los que ya habían visto.
Desde allí comprueba que la luz que supusieron fuese una antorcha se dirige al fuego fijo más cercano, un fuego de campamento bastante grande, si de eso se trata. Ahora casi puede distinguir figuras moviéndose en torno al fuego y este resulta bastante grande en comparación. No es el típico fuego de campamento, ese fuego tiene otra función.
El otro fuego, el más alejado, tampoco parece una fogata. Está muy lejos para saberlo, pero tiene más bien el aspecto de algo que se quema, algo grande, posiblemente una cabaña.

Mientras Aramir se prepara para subir a lo alto de la torre, Shadril revista el interior de esta para tratar de descubrir algo sobre sus últimos ocupantes. Los restos del campamento no revelan gran cosa, salvo que quienquiera que fuese encendió un pequeño fuego y comió raciones de viaje (carne seca). Sin embargo, las huellas que hay en torno al fuego son de botas de tamaño humano, demasiado grandes para tratarse de trasgos. Y se diría que hace poco que se fueron. Probablemente se refugiaron aquí de la lluvia y cuando esta amainó, siguieron su camino. Por desgracia, sus capacidades no llegan a tanto como para descubrir cuál es ese camino.
Mientras espera, encuentra algo junto a una pared de la torre. Es un pellejo de agua, vacío e inservible por un desgarrón. Su factura es sin duda élfica, pero con un estilo un poco extraño. Casi con toda seguridad ha sido fabricado por elfos oscuros.

Un par de horas más tarde, reaparece Amroth.
- Me he acercado todo lo posible a la antorcha sin delatar mi presencia. Es un pequeño grupo de orcos. Supongo que llevan la antorcha para que su acompañante humano pueda ver por donde pisa. Es un humano con armadura, pero sin armas. Supongo que los orcos lo desarmaron, pero no iba atado.

0 comentarios