[AD] Turno 16 [Grupo] [Montañas, Tarde]
Montañas de la Boca del Desierto, 13 de Tarsakh (abril), 1372 CV Año de la Magia Salvaje. Por la Tarde.
[Shadril]
- Creo que deberíamos acercarnos a echar una ojeada. Pero con cuidado, si los elfos oscuros se esconden ahí estarán a la defensiva, – comentó Shadril.
Mientras, echó un ultimo vistazo al cadáver, - el saqueo del elfo oscuro y que sea el único muerto que hemos encontrado, indica que probablemente sean quienes perdieran el enfrentamiento. Pero el tamaño de las heridas revela el ataque de una bestia grande. Aunque es extraño. No acabó de comerse a su presa, así que podría ser algo amaestrado, puede que incluso lo que fuera que los orcos ocultaran en aquella jaula.
Recogiendo sus cosas, la elfa se puso en camino en la dirección en que había venido Amroth.
- Si los elfos oscuros se encuentran en desventaja, quizás incluso podamos sacarle provecho a la situación.
[Amroth]
- Estoy de acuerdo - respondió Amroth -. Tal vez debería adelantarme para comprobar si tienen apostados vigias. No me gustaría que nos descubrieran antes de tiempo.
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El explorador elfo se adelantó a sus compañeros para evaluar la situación y la posibilidad de que sus compañeros pudieran acercarse sin ser vistos. Amroht era un experto en pasar desapercibido en los bosques del norte. Sin embargo, aquí, en estas montañas, ejecutaba cada movimiento, cada paso, con extrema precaución. Los días pasados en las montañas le habían dado ya cierta familiaridad con el entorno, pero no quería confiarse y cometer algún error.
Cuando llegó lo bastante cerca, pudo observar sin ser observado. Al menos, no hubo ninguna señal en ese sentido. La construcción enana, bastante grande, estaba integrada en la propia montaña, como si en lugar de contruir un edificio, hubiesen vaciado la montaña. Por lo que sabía de los enanos, que no era mucho, bien podría ser cualquiera de las dos cosas.
Lo que le preocupaba en realidad era la posibilidad de que hubiese guardias apostados, y así era. La estructura tenía una entrada claramente identificable. Un arco de piedra de considerable tamaña que probablemente solía tener una puerta cerrándolo, pero ya no era así. A ambos lados del arco de piedra, había apostados sendos trasgos. De trasgos sí que sabía algo, y estos estaban razonablemente bien pertrechados y disciplinados por lo que podía ver.
Más arriba, a unos seis metros por encima de la entrada principal, podía ver otros tres trasgos igualmente equipados. Dos de ellos estaban apostados frente a una abertura de buen tamaño. Posiblemente un puesto de observación, o ventana grande. A la misma altura, pero a unos diez metros más al oeste, había otro trasgo junto a otra entrada, aunque esta apenas era lo bastante grande para él.
Aún más arriba, a unos catorce metros por encima de la entrada principal había otro trasgo. Aunque desde donde estaba, el elfo no podía ver ningún acceso o abertura en la pared de la montaña que explicase que el trasgo estubiese allí, seguramente hubiese alguna, pues no se veía otra forma de llegar allí, salvo escalando. Y sería una escalada muy difícil y peligrosa.
Los seis trasgos visibles iban equipados de la misma forma. Todos ellos llevaban armaduras de cuero tachonado similares. Probablemente fuesen idénticas, pero era difícil afirmarlo desde la distancia. Y todos ellos llevaban lanzas y escudos de acero. Los guardias que se encontraban en la entrada principal no parecían llevar arcos o ballestas y, aunque no podía ver si los de más arriba los llevaban, era razonable pensar que así era.
Con esta información, el explorador elfo volvió para reunirse con sus dos compañeros y explicarles lo que había visto.
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