[AD] Turno 1 [Grupo] [Montañas, Alba]
Montañas de la Boca del Desierto, 12 de Tarsakh (abril), 1372 CV Año de la Magia Salvaje. Al Alba.
El despertar para Aramir Blackstone, comandante de los Jinetes del Valle de la Bruma, podría haber sido más agradable. Hacía años que no dormía a la intemperie, sólo protegido de la dura roca por una vieja manta de viaje. Se estaba haciendo viejo para estas correrías.
Al menos había algo que le ayudó mejorar el despertar. Y ese algo era el olor del desayuno. Si había echado de menos algo de sus pasadas aventuras había sido la cocina de campaña de Shadril, aunque nunca lo admitiría en presencia de su esposa. No es que fuese a sentirse ofendida, pues Irae casi no cocinaba, pero Aramir era un hombre respetuoso y tampoco quería tentar al destino por algo tan nimio.
Así pues se puso en píe, con menos dificultades de las que en realidad esperaba y se acercó al fuego del campamento.
- Buenos días, Aramir. ¿Qué tal has dormido?
- Buenos días. La verdad es que he dormido mejor. Me estoy haciendo viejo para esto.
- Verás como en cuanto desayunes lo ves todo mejor.
Efectivamente, en cuanto hubo desayunado se sintió mejor, más capaz de afrontar otra dura jornada de marcha por las montañas. Mientras se preparaba, poniéndose su vieja armadura de bandas, que junto con su mágico escudo le habían salvado de la muerte tantas veces se dio cuenta que faltaba alguien.
- ¿Dónde está nuestro amigo elfo?
- Ha salido para comprobar el terreno. La verdad es que tenemos suerte de contar con él. Orcos, ogros, elfos oscuros y quién sabe que más. No es el mejor sitio para perderse.
Aramir asintió ausente mientras contemplaba su escudo. Cuando lo consiguió, hace ya tantos años, era un escudo de acero sin marcas ni distintivos. Ahora habían pintado sobre su superficie una cabeza de caballo de color blanco, el emblema del Valle de la Bruma. Su emblema ahora...
- Ah. Aquí vuelve.
Aramir dejó el escudo y levantó la vista para mirar a Amroth, pero no lo vio. Aún no había rastro de él. Momentos después apareció tras unas rocas caminando tranquilamente. Los sentidos de la elfa siempre habían sido mejores que los suyos. Observó a su nuevo compañero, enviado a su encuentro por el esposo de Shadril, Thanadrian. Desconocía la relación que unía al explorador y al guerrero arcano, pero agradecía la ayuda. No puedo evitar volver a fijarse en las armas del elfo lunar. Portaba grandes espadas bastardas a la espalda. Ese arma era difícil de manejar a una sola mano, y el montaraz iba por ahí con dos. Sería un espectáculo verle manejarlas al unísono.
- ¿Has encontrado algo interesante? - preguntó la sacerdotisa de Eilistraee mientras se ponía en pie y alcanzaba su armadura.
- Sí. Más adelante esta senda se divide en dos. - mientras hablaba se agachó frente a lo que quedaba del fuego, sólo unas brasas ya - la senda principal, por llamarla de alguna forma deriva hacia el oeste y parece bastante transitada, para ser un camino de cabras, por lo que he visto. Y será aún más duro si esas nubes descargan sobre nosotros.-
Al mencionar las nubes, Aramir apartó la vista de su equipo para mirar al cielo, pero no llegó tan arriba. Por el camino se detuvo sobre la figura de Shadril, que se ponía las mallas élficas. Siempre le llamaba la atención lo bien que esa armadura se ajustaba a las exuberantes formas de la bella elfa. Tubo que forzarse a apartar la vista y volver a prestar atención al explorador elfo.
- Parece haber un camino secundario. Una senda que ha sido trabajada, pero hace mucho de eso. Está claro que no se utiliza desde hace décadas, puede que más. Pero si ha de haber un camino "oficial" hasta un puesto enano, apostaría por ese.
- Si los elfos oscuros están en la fortaleza habrían utilizado esa senda antes de encontrarse con los ogros ¿no? - inquirió Shadril, ajustándose la espada, lista para partir.
- Es posible, pero diría que nadie ha utilizado esa senda en mucho tiempo, y puedo asegurar que nadie lo ha hecho en los últimos 9 ó 10 días. - Una vez se hubo asegurado que el fuego estaba bien apagado, se puso en pie y observó a sus dos compañeros. Ambos estaban listos para partir.
- Pongámonos en marcha, pero ¿por dónde?
1 comentario
bit -
Ahora se sigue bien, pero si la cosa se desarrolla bien y se escribe mucho más, sería bastante más fácil de seguir (ten en cuenta que entre mail y mail hacemos otras cosas, y para tener sitio en la cabeza yo voy borrando lo que ya sabía ;oP)